Ángel Luis Bienvenida |
Le decían Lurdy el Inglés y uno no sabía bien el porqué. Cierto es
que su pelo rubio y sus maneras de getlenman casaban con el calificativo, pero
lo oías hablar y enseguida advertías un finísimo acento sevillano que no le
abandonó jamás a pesar de que solo los quince primeros años de su vida,
transcurrieron en la capital hispalense, donde vio la primera luz el día 2 de
Agosto del año 1.924 en la calle Quintana número 3, muy cerca de la Alameda de
Hércules de José y de Chicuelo, muy cerca también de la calle Feria, donde vino
al mundo nada menos que Juan Belmonte y, precisamente, en la misma pila
bautismal que éste, en la Iglesia Omnium Santorum, fue bautizado Ángel Luis en
el mes de Octubre del mismo año de su nacimiento.
Creció viendo triunfar a sus hermanos Manolo y Pepe e igualmente
que todos los Bienvenidas, que en el mundo han sido, se enfrentó con un becerro
cuando aún llevaba pantalón corto. No podía ser otra cosa que torero, en una
familia que ha dado diez hombres, diez, a la Fiesta.
Toreando de salón a los 11 años |
Cuando empieza a torear en serio, con traje de luces, a los quince
años, (primeros años de la, posguerra) aires cordobeses están inundando el
toreo y Ángel Luis capta ese aire, ese estoicismo, ese modo de estar ante los
toros (quietud máxima, largo mando en el brazo), y lo pasa por Sevilla, es
decir, le da un toque sevillano al toreo de Manolete, que es su héroe
particular, el que practica un toreo que él también siente. Lo dice en versos
el Pastor Poeta:
Letra de cante grande. Manzanilla
Servido en lo más fino del cañero
Con aroma especial a gran torero
Y el paladar a Córdoba y Sevilla.
Y lo corrobora “Giraldillo”,
crítico a la sazón del ABC, cuando escribe “Todo
lo excelso de Manolete ha sido asimilado, por el rubio Bienvenida y vertido en
alfabeto sevillano. Ha cogido los mejores mimbres de la ribera cordobesa del
Guadalquivir y ha hecho un cesto y en el cesto ha puesto la flor de oro de los
Bienvenidas”.
¿Por qué no llegó Ángel Luis a donde se merecía llegar en el
toreo?. La cima era su sitio, como cabía presagiar en aquellas novilladas de
Barcelona en los años 1.942 y 1.943, en las que, por vez primera, alzó la vista
a los tendidos llevando al novillo muy embarcado, para, mientras le pasaba por
debajo de la barriga, contemplar el entusiasmo del público.
Alternativa expectante en Madrid, con los hermanos Pepe y Antonio
como padrino y testigo. Acontecimiento grande. Algunos éxitos, pero sin llegar
a las apoteosis de los tiempos novilleriles. ¿Qué ocurrió?.
Con exquisita amabilidad contestó a esta pregunta mía. Me dio a
entender que no lo llevaron de la forma adecuada. Quizás el Papa Negro estaba
muy centrado en las carreras de Pepe y Antonio y no le prestó la suficiente
atención a un torero que necesitaba un toro más colaborador, no un toro para la
pelea y la lucha.
Antonio, Pepe y Ángel Luis |
Admitió su Destino sin amargura y asumió con orgullo su papel de
baluarte, de ejemplo vivo de una Dinastía gloriosa. Dinastía que se inicia en
1.863, con el viejo Manuel Megías Luján, el primer Bienvenida, que tras una
etapa de novillero, fue peón de lujo en las cuadrillas de Bocanegra, Frascuelo
y Mazzantini. Una dinastía que ha permanecido en los carteles hasta el año
1.986, en que Miguel, hijo de Ángel Luis decide, toreando en Valencia, poner
fin a su sueño torero.
Ángel Luis ha mantenido siempre encendida la llama de los
Bienvenida. El Círculo de Amigos de la Casa Bienvenida es un ejemplo. En ellos
confiamos para que siempre, siempre, se mantenga pujante el recuerdo de la más
gloriosa dinastía que tuvo la tauromaquia.
P.D. Ángel Luis, que nos dejó este invierno (3 de Febrero), fue un
buen amigo del Club Taurino de Murcia. Las veces que nos honró con su presencia
evidenció lo que ya sabíamos, que olía a señor y a torero. Un halo de
elegancia, de finura espiritual, nimbaba su figura. Y así lo recordaremos, que
sabido es que siempre se dijo en el mundo del toro, que donde estaba un
Bienvenida había UN SEÑOR y UN TORERO.
Dr. Andrés Salas Moreno
Junio 2007