miércoles, 4 de septiembre de 2013

EL TEMPLO DEL TOREO

“Un murciano en la Maestranza
Ernesto Salas, niño, con Antonio Garisa en los toros
No se equivoquen, a la Maestranza no se llega por el paseo de Colón ni se accede a ella por la calle Adriano… por la puerta del 11 “pegaíto” al Albú ¿verdad Manuel?. A la Maestranza se llega desde la infancia, no tampoco desde antes. Desde la afición de los abuelos que como el mío era del Gallo, o de José y de Juan y que eligieron para sus hijos, nuestros padres, iniciarlos en la más dramática y compleja de las artes. A la Maestranza se llega cuando nuestros padres deciden que ésta afición les ha llenado tanto que deben disfrutarla con sus hijos.
El Viti
A la Mestranza no se llega cuando compras una entrada en las taquillas de la plaza o a los reventas si estamos en farolillos. Para llegar al Templo del Toreo, debes saber que la Maestranza es el Templo del Toreo. A esto no se llega en un rato. Mi camino a la Maestranza me lo fue marcando mi padre, que con dos años permitió que la luz del ruedo me inundara. Desde entonces supe que Corrochano ha sido el mejor crítico taurino y “Qué es torear” el mejor libro que se ha escrito sobre la tauromaquia de un torero.
Manolete y Cantimplas
Supe que como Manolete nadie y que Ordóñez fue tan grande que todavía hoy lo añora el toreo. Me enseñó que el toreo se llama Juan Belmonte (Don Juan Belmonte según Dionisio Peñafiel) y que el más genial de todos, “El Gallo”. Que para toreros con casta Ostos y Puerta… ¡y esa mano izquierda del Viti!, que matando, Rafael Ortega y que el torero más importante de Camas es Paco Camino.
Cuando me levantaba un par del Ecijano o de Corbelle me sentaba con: “…tú no has visto al Vito” (ya ves Julio, te conozco desde niño y desde entonces te admiro). Supe quien era Blanquet y Magritas y Cantimplas y David, que a los toros se les enseña a embestir cuando los toreas a una mano con el capote, que ellos soltaban y que hoy no sabe hacerlo nadie.
Blanquet
Para ir a la Maestranza tienes que saber quién es Almensilla, y Andresito Luque Gago y Alfonso Ordóñez y El Tito de San Bernardo y pararte a ver cómo el Vito entra en su localidad por la Puerta del Príncipe, por donde si no, como haciendo el paseíllo… pero sin el cómo y conocer las sagas de picadores cuyos antepasados fueron mayorales de ganaderías míticas: Pablo Romero, Urquijo, Guardiola… los Muñoz, los Cid, los Saavedras…
Todo esto es necesario porque la Maestranza son todos ellos. Es la historia del toreo lo que forma la Maestranza, sus pisadas han alisado el albero y su sudor y su sangre lo han regado para que aún hoy se pueda seguir toreando, pero con mayúsculas. Si no se comprende esto verás una plaza de toros que no será la Maestranza.
El Templo del Toreo se estrena cada Domingo de Resurrección, también esto lo debes saber, así como que los toreros estrenan vestido para acudir a su cita y que aunque otras plazas le puedan dar más a lo largo de la temporada, solamente aquí un torero puede sentir el Toreo. Tienes que comprender que es el único lugar donde el silencio es música, donde el hablar ciega, donde el pasodoble es el acompañamiento perfecto que premia una faena o una verónica o un par de banderillas o una vara a un toro de largo… y tienes que saber que no puede ser de otro modo. Debes de ser capaz de captarlo, comprenderlo y asimilarlo.
Rafael Ortega
Verás entonces que un ¡bien! Es mucho y que el olé tiene muchos matices y que esta plaza cruje cuando se torea lento y por abajo. Que su público está atento a cualquier momento de la lidia y que se espera, como en ninguna otra, a los toreros.
Si vas así a la Maestranza, estate atento y disfruta.
P.D.: Por cierto, no me he presentado. Me llamo Ernesto Salas, mi abuelo era D. Ernesto Salas y mi padre Andrés Salas ¿comprenden ahora?. Y yo, aunque Bioquímico Clínico, no soy matador de toros por falta de motor, pero les aseguro que nadie aún en Murcia es capaz de torear de capa como yo; ni Pepe Soler ni Andrés Sánchez Torres me dejarán por embustero.

Dr.Ernesto Salas Herrero
Sevilla, abril de 2008

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