domingo, 25 de agosto de 2013

HISTORIA DE OTROS TIEMPOS

   
José Redondo "El Chiclanero"
 Corría el mes de Junio del año 1.881 cuando el “Diario de Murcia” anunciaba una corrida extraordinaria para el día 16, festividad del Corpus Christi, a celebrar en la vieja Plaza de San Agustín, la que fue inaugurada en 1.851 por las cuadrillas de José Redondo “Chiclanero” y Juan Jiménez “Morenillo” y que ocupaba el mismo lugar, como sabéis, en que hoy se levanta el edificio de la ONCE. ¡Ah, se me olvidaba decir que los toros fueron de Veragua y Torre da Sauri!.
     La nota de prensa decía así: “La empresa que ha subarrendado la plaza, no tiene otro objeto, al ofrecer esta corrida, que proporcionar al público que favorece estos espectáculos, uno que no desmerezca de las que la Sociedad Taurina viene ofreciendo en las de feria. A este objeto ha contratado al simpático diestro murciano Juan Ruiz “Lagartija” y al hermano del célebre Frascuelo, que con sus correspondientes cuadrillas lidiaran seis bravos toros de la acreditada ganadería de D. Higinio Flores, de Peñascosa de la Sierra, que tan buen juego dieron en las vecinas plazas de Caravaca y Orihuela recientemente”.
     El susodicho periódico añadía que la corrida empezaría a las cuatro treinta de la tarde y que las puertas de la plaza se abrirían a la una y que el despacho de localidades estaría abierto en la plaza de Santa Isabel, nº 15, reservándose hasta el día 10 las de los señores abonados a las corridas de feria. A partir de entonces las no retiradas serían puestas a la venta.
    
Juan Jiménez "El Morenillo"
La corrida en cuestión, no fue precisamente un éxito económico que digamos pues de las siete mil quinientas localidades que tenía la plaza solo se ocuparon la mitad.
     El cronista se lamenta que los que se arriesgan a ser empresarios en esta ciudad tienen siempre el noventa por ciento de probabilidades de perder, el ocho por ciento de salir en paz y un dos en ganar algo, no mucho. Y termina diciendo: “Es necesario ser de esa casta de hombres a quienes las ratas le paren conejos para echarse unos duros en el bolsillo con el negocio de los toros”. No obstante la floja entrada, los palcos si estuvieron ocupados por conocidas gentes de Murcia y salpicados de encantadoras murcianas.
     El cronista relata detalladamente que el palco presidencial estaba ocupado por el gobernador civil interino, D. Rufino Martínez de Eguilaz, el teniente-alcalde D. José Illán y el coronel de la Guardia Civil Sr. Rivera.
Frascuelo II
     Hasta la llave del toril fue recogida en el aire por el garboso jinete que llevaba, con mano experta, una graciosa jaca.
     El primer espada, Francisco Sánchez Povedano “Frascuelo II” por lo visto se hizo torero a la sombra de su famoso hermano, el que sostuvo una competencia con Lagartijo durante 25 años, pero por los resultados tenemos la certeza que se le parecía bien poco. En esta corrida en que nos ocupamos su actuación fue muy mediana e incontables los pinchazos y descabellos que necesitó para finiquitar a sus enemigos.
     No le ocurrió lo mismo a “Lagartija” pues fue muy ovacionado en sus toros e hizo quites lucidísimos y temerarios hasta el punto que, al remate de uno de ellos, se acostó delante de la res como si fuese a dormir la siesta, a la vez que le ponía la montera sobre el testuz. Todo esto provocó el delirio de la multitud que llenó el ruedo de sombreros hongos, abanicos y cigarros habanos.
     El ganado de Higinio Flores hizo buena pelea con los montados pues mandó a la enfermería a tres picadores y 18 caballos al otro mundo. Por haber, hasta hubo un toro saltarín, el quinto, que saltó la barrera tres veces durante el tercio de banderillas, entre par y par.
  
Juan Ruiz "Lagartija"
   Y esto es lo que dio de sí la corrida del Corpus, en aquella Murcia, con faroles de gas, tan lejana y tan distinta.
     En ese día la prensa anunciaba las excelencias de las Píldoras de Lourdes, muy buenas como purgante y depurativo y que se vendían al precio de seis reales en las principales farmacias de la localidad. También, que se habían recibido tinturas francesas para el cabello y la barba. Las hay para el cabello negro, castaño y rubio dorado a precios muy convenientes. Se venden en el establecimiento de Platería, 24. La Óptica Dubois notificaba que había recibido de París gemelos especiales para el teatro, en su local de Trapería 36, frente al Café Oriental.
     Al leer esto último uno recuerda, de muy niño, que dicho café estuvo abierto hasta los años cuarenta del siglo pasado y que por las tardes actuaba una orquestina con vocalista incluida. Es más, la primera vez que Antonio Machín actuó en Murcia fue en este local. Lo que, más o menos, tengan la edad que yo recordarán lo que digo.

     Aquel año de 1.881 la Feria de Septiembre fue rumbosa en cuanto al cartel de toros y toreros, pero esto ya lo contaremos en el próximo Decano. Si Dios quiere y si vosotros tenéis la paciencia de leer.

Andrés Salas Moreno
abril 2010

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