Antonio Gutiérrez Medina
Tumba del picador Antonio Gutiérrez Medina en el cementerio de Murcia
Hace bastantes años, estando con mi padre en el Cementerio
de Nuestro Padre Jesús (Murcia), no recuerdo si acompañando “el último viaje” de
algún amigo o en particular visita al Panteón familiar, cuando al pasar junto a
una tumba, y leer la inscripción que rezaba en la lápida, mi progenitor
exclamó:“¡Atiza el picador!”. Me acerqué y vi labrada en el mármol una vara de
picar y un castoreño. Las letras decían más o menos: “Antonio Gutiérrez Medina,
picador de toros, fallecido en la ciudad de Murcia el día 28 de abril de 1.913 a resultas de una
cogida sufrida el día anterior, cuando actuaba a las órdenes de José Gómez
“Gallito”.
Rafael Gómez Ortega,
José Gómez Ortega y cuadrillas le dedican este recuerdo.
En letras
pequeñas, debajo, pone: “A perpetuidad”.
Y entonces, mi
padre, dando marcha atrás a sus recuerdos, me contó la historia...
“Sabía que
estaba por aquí, cerca de nuestro panteón y de la entrada principal, pero nunca
me di cuenta de ella. Tenía yo quince años y, como sabes vivíamos encima del
Bar Baviera, en el mismo edificio del Hotel Victoria, donde el abuelo era jefe
de comedor, maitre, le llaman ahora. A eso de las diez de la noche oímos un
tropel de gente, y al mismo tiempo, unos quejidos espantosos que daba el pobre
Medina. Resulta que había actuado por la tarde
en Cartagena, a las órdenes de Joselito,
y que en una caída, como entonces era tan
frecuente, sufrió un fuerte porrazo al que no se le dio la mayor
importancia y siguió en la plaza, como si tal cosa. Acabada la corrida, tomaron
el tren Correo, para marchar hacia Alcázar de San Juan, donde tomaría el tren
para Jerez, sitio de la próxima actuación. Una vez iniciado el viaje, empezó a
sentir una molestias tremendas en el bajo vientre, por lo que Joselito y
acompañantes decidieron que lo mejor era que Antonio Gutiérrez, se apeara en
Murcia, junto con el representante de José, Antonio Parra, y que lo vieran los
médicos. Así se hizo. Nada más llegar al hotel se avisó a D. Claudio Hernández
Ros, que advirtió inmediatamente la extrema gravedad del enfermo, pues aquello
tenía todo el cariz de una peritonitis traumática, complicación siempre
temible, pero en los años que corrían, mucho más.
Falleció al día
siguiente, sobre las nueve de la noche y recuerdo también que el cadáver lo
bajaron por la escalera de servicio, que era justo por donde se accedía a
nuestro domicilio, por lo que yo pasé aquella noche un miedo horrible. Dicha
escalera daba a la parte posterior del hotel, al Pasaje Zabarburo. Lo
trasladaron al depósito del cementerio y al día siguiente le dieron sepultura”
Hasta aquí el
relato de mi padre.
Investigando el hecho, con la ayuda del Cossio
y de la
Hemeroteca Municipal , me encuentro con que Antonio Gutiérrez
Pajuelo “El Medina” había nacido en Arcos de la Frontera y que a la sazón
vivía en Alcalá de Guadaira, población muy cercana a Sevilla. Había figurado en
las cuadrillas de Moreno de Alcalá y de Pepete y hacia 1912 había ingresado en
la de Joselito. El hecho de ir con este diestro da idea de lo gran picador que
debió ser, pues el de Gelves, siempre llevó en sus filas lo mejor de lo mejor.
Al leer que estuvo en la cuadrilla de José Claro “Pepete”, me pregunto si
presenciaría el triste final de su jefe en la plaza de Murcia, cuando actuando
con el cordobés Machaquito, fue mortalmente herido por el toro “Estudiante” de
la ganadería de Parladé. Si fue así... ¡Quién habría de decirle que andando el
tiempo, se quedaría para siempre en esta tierra!.
La corrida.- La prensa dice
que para el día 27 de abril, está anunciada
una corrida del Marqués de los
Castellones para las cuadrillas de Machaquito y Gallito, pero por grave
enfermedad de la hija del cordobés, este sería sustituido por Manuel Mejías
Bienvenida y Paco Madrid.
En el sexto toro el picador de Gallito, Antonio Gutiérrez “Medina” es
conducido a la enfermería a consecuencia de un fuerte golpe que se dio en una
caída. La cuadrilla de Gallito tuvo que marchar desde la misma plaza de toros a
la estación, para coger el correo de Madrid, pues torean el día 29 en Jerez.
Con ellos marchó el picador Medina, después de ser examinado por los médicos,
que aparentemente no le encontraron lesión alguna. Durante el trayecto comenzó
a sentir grandes dolores en el vientre, hasta el punto de tener que acordar con
sus compañeros, que no continuara viaje. Al llegar el convoy a Murcia fue
conducido en una camilla al Hotel Victoria, donde ha quedado con él el
representante de Gallito Sr. Parra Inmediatamente fue asistido por los doctores
Gómez y Hernández Ros, que diagnosticaron una fuerte contusión en la región
hipogástrica de carácter grave.
La muerte.- La prensa del día 29 dice: El desgraciado
picador Antonio Gutiérrez Pajuelo “Medina” falleció a las nueve y media en el
Hotel Victoria.
Al declinar la
tarde volvía a visitarlo el Dr. Hernández Ros, encontrándolo gravísimo. Así se
lo manifestó a D. Antonio Parra. A las nueve volvió nuevamente el Dr. Hernández
Ros, manifestando que el fin estaba próximo. El practicante le suministró dos
inyecciones de suero, sin resultado alguno, produciéndose el fallecimiento a
las nueve y media. Tenía 47 años, estaba casado y era padre de dos hijos de
corta edad. Residía en Alcalá de Guadaira donde se comunicó la triste noticia
para que un amigo preparara a la familia. Esta madrugada ha sido conducido al
depósito del cementerio y esta tarde recibirá sepultura. Durante la noche fue
velado por el representante de Gallito y los aliviadores (monosabios) Perín y Manolo.
En Jerez,
actuaron Gallito y Martín Vázquez con reses de Bohórquez. Toros y toreros
estuvieron regulares. Gallito se ha ofrecido a la familia del picador para
cuanto necesite.
Andrés Salas Moreno
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