El "Papa Negro" con Manolito y Pepote. El vestido que lleva Manolito está en el museo del Club taurino de Murcia |
El toro "Viajero" de Trespalacios cortó la carrera taurina del "Papa Negro" |
Presentación en Sevilla de Manolito y Pepito Bienvenida |
Aquel año de 1.910, tanta era la
expectación que levantaba Bienvenida, tantas sus cualidades para llegar a lo
más alto, que la empresa de Madrid lo anunció el jueves 10 de Julio en una
corrida extraordinaria en la que él solo mataría seis reses de Trespalacios.
Expectación al máximo e inicio triunfal de
la corrida. En el tercero, bruscamente se va todo a tierra. Una cornada
tremenda que truncó para siempre la carrera de Bienvenida. Larguísima
convalecencia, pérdida de facultades, de sitio... Los contratos se fueron
disminuyendo. Como último recurso emigró a Sudamérica, a torear lo que fuera.
Allí le nació en Caracas, en 1.922, otro hijo Antonio, y en 1.924 decide
retirarse. Vuelve a España y se instala en Sevilla en una casa de la calle
Marqués de Paradas, muy cerca de la Plaza de Armas. Los dos hijos mayores,
Manolito y Pepe, distraen sus ocios jugando al toro en la cercana Alameda de
Hércules, aquella en la que se encontraba el hotelito donde la “Señá Gabriela” ejercía su matriarcado
ante la devoción y el acatamiento de sus hijos que se llamaban Rafael el gallo
y Joselito. En otro chalet vivía aquel orfebre del toreo, nacido en Triana,
casi donde la calle Betis se acerca a la Plaza de Cuba, según reza la lápida
que recuerda que “en ésta casa nació en 1.902 Manuel Jiménez “Chicuelo”. Recién
nacido se fueron a la Alameda y allí sigue en pié, en el número 89, el
domicilio de aquel torero, padre de la escuela sevillana.
Pues allí, en aquel sitio, jugaban al toro
Manolito y Pepe, siendo un perrillo adiestrado por ellos el que les embestía.
Manolito brinda su primer becerro a su progenitor "El Papa Negro" el día de su presentación en Sevilla |
Ya no se hablaba en Sevilla de otra cosa,
en vista de lo cual el domingo siguiente, 5 de Julio, vuelven a hacer el
paseíllo en el histórico coso para matar, otra vez, becerros del marqués de
Salas tras una novillada de Villalón en la que actúan Raimundo Tato, Ruiz Vela
y un novillero torrevejense llamado Martínez Vera.
Nuevo éxito. El mundo taurino no habla de otra cosa y ya toda España
reclama en sus plazas, en sus ferias, a los “niños de Bienvenida” como cariñosamente se les conoce.
Cartel presentación en Murcia |
Naturalmente, Murcia no fue una excepción
y en la Feria de Septiembre de aquel año hicieron su debut en medio de una gran
expectación. Me contaba mi padre que en un importante comercio de la Platería
se expusieron en sus escaparates los trajes de luces (mejor dicho, miniaturas
de traje de luces) que lucirían los chiquillos.
Aquella Feria estaba compuesta de los
siguientes carteles: El día 6 de Septiembre, con ganado de Gamero Cívico
actuarían Ignacio Sánchez Mejías, Antonio Márquez y Marcial Lalanda. El día 7,
con reses de Antonio Flores, Manolito y Pepito Bienvenida y el día 8 los
siempre temibles Miura que despacharía Saleri II, Sánchez Mejías y José García
“El Algabeño”.
El debut de los niños fue un éxito total.
Dicen que era una delicia verles jugar con los becerros con tanta gracia y
torería. Pero el que mejor caía al público era Pepito, más bajito, un tanto
regordete, que apenas llegaba al morrillo de los animales para colocar las
banderillas. D. Manuel hacía de director de lidia, de ángel protector, que una
y otra vez tenía que bajarle la cabeza al becerro ante la súplica, casi
llorosa, del hijo “!Papá, que no alcanzo!”.
Tanto gustaron, tan satisfecho salió el
público de la Plaza, que en una fecha tan poco taurina como el 17 de Noviembre
volvieron a hacer el paseíllo en La
Condomina, a plaza llena, para estoquear reses de Natera con el mismo triunfal
resultado.
Reverso del cartel anterior |
Tuvieron que irse al Midi francés a seguir
toreando, aunque allí el número de festejos era sensiblemente menor. Acabada la
temporada emigró a América el matrimonio Bienvenida y los hijos que, a la
sazón, tenían: Manolo, Pepe, Rafael, Antonio, Angel Luis, Carmen Pilar... Solo
faltaba por nacer Juanito.
Manolo y Pepe se fueron cuajando en
Méjico, Perú, Colombia, Venezuela... donde pronto fueron unos ídolos y cuyo
recuerdo todavía perdura en aquellas tierras, donde hicieron entrañables
amistades que, a pesar de los años transcurridos, aún siguen estrechamente
unidas a esta gloriosa dinastía.
En 1.928 se deroga la Ley de Primo de
Rivera. Los Bienvenidas vuelven a España y en Septiembre de aquel año debutan
en la Plaza de Madrid. En el invierno, de nuevo en América, Manolito ya empieza
a torear con picadores. Cuando regresa al año siguiente es para tomar la
alternativa. El día 28 de Junio, sin cumplir aún los 17 años, en la misma
ciudad que su padre, en Zaragoza, se doctora de manos de Antonio Márquez. A
partir de entonces los triunfos se sucedieron.
Aquel niño tan hombre va conquistando
todas las plazas, haciéndose imprescindible en las ferias. Naturalmente Murcia
no va a ser una excepción y hace el paseíllo en la solemne fecha del 8 de
Septiembre. Un corridón de Concha y Sierra, que estoquean Fortuna (que
sustituye a Antonio Máquez), Antonio Posada y Manolito Bienvenida que triunfó
apoteósicamente. La alegría juvenil, el estilo variadísimo del retoño del papa
Negro, cautiva al público. Por cierto, que ya hay otro Bienvenida en los
ruedos, al día siguiente, 9 de Septiembre, debuta en Murcia Rafaelito
Bienvenida, de 11 años de edad, que matará dos becerros. A continuación Pepito
Bienvenida y Alfredito Corrochano, hijo del gran crítico taurino del mismo
apellido, lidiarán cuatro novillos. Al decir de las crónicas el festejo
constituye un triunfo grande de los tres chavales. Rafael, el tercer vástago de
tan gloriosa dinastía, fue asesinado años después, cuando apenas contaba
quince, en circunstancias un tanto confusas.
La empresa Pagés, que era la arrendataria
del coso de la Condomina cerró la feria el día 15 con una corrida goyesca, que
entonces estaban muy de moda, con toros salmantinos de Lamamié de Clairac, para
las cuadrillas de Marcial Lalanda, Nicanor Villalta, Niño de la Palma y Félix
Rodríguez. Si los dos espectáculos anteriores fueron triunfales, éste por culpa
del ganado o por lo que fuese, fue todo lo contrario. En fin, vaya lo uno por
lo otro.
Andrés
Salas Moreno.
Septiembre
2005
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